“Si no atacan problemas de fondo, vamos hacia una crisis mucho peor”

EL LITORAL El economista y director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, Aldo Abram, se refirió a la situación actual de la economía y destacó que el actual rumbo puede llevar al país a una crisis “mucho peor”.

El analista también destacó la situación por la pérdida de reservas, las consecuencias de la devaluación de la moneda y las proyecciones de inflación.

Puntualizó que “la Argentina está en medio de una crisis de credibilidad sobre su viabilidad económica en el tiempo. Esto tiene su origen en un Gobierno que se niega a hacer las reformas estructurales necesarias para recuperar la confianza de largo plazo y, por ende, crecer sostenidamente. Pero más importante aún, aumentar su crédito. Ningún país confiable paga sus deudas ya que las refinancia, y eso es lo que hoy la actual administración nacional no garantiza que suceda a futuro”.

Sin embargo, apuntó que “en el corto plazo, pesa cada vez más la imagen de un gobierno cuyas malas políticas ha llevado a una gran caída del bienestar de la gente; lo cual viene diluyendo su poder. El ingreso de Sergio Massa a la gestión, aunque ya estaba en la Alianza que sustenta a esta gestión, fue percibido como una forma de consolidar la capacidad de hacer de esta administración. También fue bien visto que se unificara el mando en materia económica, no se puede tener tres timoneles en medio de una tormenta”.

Asimismo, en cuanto a las medidas que se fueron adoptando hasta ahora, señaló que “todas tienen su parte positiva en el corto plazo y negativa en el mediano término, por lo que sólo sirven para ganar tiempo. Por ejemplo, la mayor parte del ajuste fiscal recae sobre el sector privado, lo cual permitirá reducir el exceso de gasto primario, pero a costa de menor inversión, empleo y producción futuro”. Por otro lado, “el aumento de la tasa de interés es positiva en el corto plazo, en términos de desalentar la salida de ahorros del país y acotar el crecimiento de la oferta monetaria, bajando las presiones inflacionarias. Sin embargo, con un Banco Central con una deuda remunerada que ronda el 160% de la base monetaria, implica que esos pasivos van a crecer fenomenalmente en el tiempo, con un costo mayor a los $6 millones de millones en el próximo año. Nuevamente, se está “comprando” tiempo, pero carísimo”. En tanto, con respecto de la situación en que se encuentran las reservas del Banco Central, apuntó que “se están buscando reforzar las reservas adelantando la liquidación de exportaciones, algo que es “pan para hoy, hambre para mañana”, ya que esas divisas no estarán cuando en los próximos meses salgan los embarques que las justifican”. Además, “los créditos que se piensan tomar a organismos internacionales, a fondos y a bancos del exterior, no son divisas propias, sino prestadas. Entonces, si todos estos recursos se usan solamente para sostener el cepo en el tiempo, dado que las restricciones sólo llevan a perder reservas, terminaremos con un Banco Central mucho más quebrado que hoy”. Por lo tanto, “si no se aprovecha el tiempo ganado para atacar los problemas de fondo que tiene el país, todo esto sólo nos llevará a una crisis mucho peor. O, en el mejor de los casos, si en el futuro se intenta hacer las cosas bien, el costo de salida del cepo será más alto”. Por otro lado, encuanto a la calma que vive el dólar en el mercado desde hace unas semanas, sostuvo que “la incorporación de Massa al Gobierno ha generado la esperanza de que se van resolver los problemas de Argentina. Sin embargo, hay una falla de diagnóstico ya que estos no se resuelven con un ajuste fiscal hecho de cualquier forma y aumentando coyunturalmente la liquidez del Banco Central”.