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¿Qué puede pasar con la inflación en Argentina?

09 Julio 2025

IMPACTO ECONÓMICO  Eugenio Marí, economista y jefe de la Fundación Libertad y Progreso, en diálogo con IMPACTO ECONÓMICO, analizó la evolución de la inflación, el esquema cambiario, las perspectivas a corto y mediano plazo, y el proyecto de competencia de monedas.

¿Cuál es la estimación inflacionaria para los próximos meses?

La inflación, claramente ha sido un tema y más teniendo en cuenta que en abril ocurrió algo que se venía esperando hace rato, la unificación cambiaria. Algunos decían que el dólar se iba a $2.000, otros a $1.500. Nosotros, desde Libertad y Progreso, veníamos diciendo que claramente el tipo de cambio único se iba a ir entre lo que era el oficial y lo que eran dólares financieros. Y efectivamente fue lo que ocurrió, ahora estamos con un dólar que está flotando entre $1.100 y $1.200. Esto terminó siendo un escenario un poquito mejor de lo esperado, porque como el salto cambiario de la unificación fue relativamente bajo, hay un menor impacto en términos de precios.

Lo que estamos midiendo es que la inflación de abril estuvo por debajo de la de marzo. En marzo tuvimos un 3,7%, que fue el resultado de incertidumbre por lo que pasaba con el acuerdo con el Fondo y si había cambios en el régimen cambiario. Había un grado de incertidumbre enorme. Los precios, en lugar de acelerarse, han ido desacelerándose. 

¿Cuándo se podría llegar a un 1% de inflación mensual?

Según los registros: marzo 3,7%; abril 3,1%; mayo lo estamos previendo en torno al 2,1%. Ya para junio estamos proyectando un IPC que va a arrancar con un 1 adelante. Eso es una buena noticia y está anclado en algo: el gobierno ha dejado de emitir. El Banco Central no tiene que financiar el déficit fiscal porque no lo hay. No tiene que financiar los pagos de intereses de la deuda remunerada porque esa la absorbió el Tesoro, entonces se paga con superávit, no se paga con emisión. Y en el régimen de flotación, el Banco Central no está interviniendo en el mercado de cambios. Entonces las canillas de emisión monetaria por ahora están cerradas.

Eso es lo que ayuda a que haya una baja rápida de la inflación. Nosotros ya para junio estamos previendo IPCs que comienzan con uno, y para fin de año podemos estar ya acercándonos al 1%, con vistas a 2026 tener inflación de un dígito en todo el año. Estamos previendo 9% para 2026, que sería totalmente inédito para la historia económica reciente de Argentina. Las últimas veces que tuvimos un dígito de inflación anual tenemos que remontar 20 años atrás.

¿Qué tan cerca estuvimos de una híper?

En diciembre hacíamos mediciones diarias de precios por la dinámica que estaba tomando. No nos tenemos que olvidar de dónde veníamos. Hubo días en que se registró 1% de inflación diaria. Estábamos en una situación que se acercaba a una explosión hiperinflacionaria que, gracias a medidas acertadas en términos de conseguir rápidamente equilibrio fiscal, empezar a sanear el Banco Central, se dejó atrás.

Ahora estamos a las puertas de un escenario distinto, el de una economía normal en términos inflacionarios. De volver a tener un dígito de inflación anual como tienen el 99% de los países del mundo. Salvo excepciones como Sudán, Venezuela y Siria. Hasta Ucrania, que está en la mitad de una situación dramática, ha tenido la sabiduría económica de no terminar de desbarrancar generando inflación. Estamos ante las puertas de ser un país normal, lo cual es positivo. Altamente positivo y condición necesaria para disminuir la pobreza y generar las condiciones para un crecimiento sostenido.

¿Cómo analizás la posibilidad de monetizar la economía con dólares?

Todavía no hay definiciones de qué es exactamente lo que está queriendo decir el gobierno con esto de monetizar la economía con dólares. Tenemos una moneda que se emite localmente y otra moneda internacional: el peso y el dólar. La idea es ir gradualmente a que compitan en igualdad de condiciones.

Y eso es importante: igualdad de condiciones. Hoy vas al banco y querés sacar un crédito en pesos y tenés ciertas condiciones. Querés sacar un crédito en dólares y de repente hay muchas más restricciones. Exportás en dólares y no te podés quedar con los dólares, los tenés que liquidar. Entonces hay una cantidad de regulaciones que hacen que sea más fácil operar con pesos que con dólares. Una cuestión básica que todo el mundo puede entender: los impuestos los pagás con pesos, no los podés pagar con dólares. Si queremos ir a una competencia de monedas, tenemos que dar igualdad de condiciones.

¿Qué se necesitaría para que haya competencia real entre el peso y el dólar?

Implica que puedas pagar los sueldos en dólares, que puedas pagar los impuestos en dólares, que puedas hacer operaciones en el supermercado con dólares, pagando con tarjeta o billeteras electrónicas. Cuestiones que por ahora no están. Yo lo que entiendo del anuncio del ministro es que van a empezar a avanzar en cambiar las regulaciones del Banco Central, de la CNV, de la AFIP, para ir acercando las condiciones en las que operan los pesos y los dólares.

¿Los argentinos están listos para esto?

Los argentinos tenemos un montón de dólares, una parva de dólares gigantes. Somos de los países con más dólares del mundo: más de 250.000 millones de dólares. Refugio contra la inflación, la expropiación, la inestabilidad política. Pero están fuera del sistema, la mayoría. Tiene que haber algún mecanismo para que la gente los pueda traer de vuelta al sistema para poder operar.

¿Considerás positiva la competencia de monedas?

La considero como un paso que nos va a ayudar a eliminar la inflación de manera definitiva. Cuando le decís al Estado: la única moneda que van a poder usar los argentinos es la que vos imprimís; la regulación está viciada. Porque el Estado decide cuánto se emite esa moneda. Y así mismo, tiende a emitir de más y generar inflación, trasladando los costos a los argentinos.

Cuando le decís a la gente que puede elegir, los argentinos van a elegir la moneda que mejor funciona, que mantenga su poder adquisitivo. Eso ayuda a tener precios estables, hacer transacciones y contratos a largo plazo. En situaciones de alta inflación, hasta con los contratos de alquiler se complicaba. Entonces la competencia de monedas ayuda a disciplinar la inflación. Estamos en camino a eso. Eliminando controles cambiarios y financieros. Todavía falta, pero vamos bien.

¿Cómo evaluás el nuevo esquema de bandas cambiarias?

Los países que establecen un sistema de bandas lo hacen cuando pasan de un régimen de tipo de cambio fijo a flotación libre. El intermedio son las bandas, que acotan la volatilidad. Ponen un techo y un piso. Esta es la situación de Brasil, Israel y múltiples casos, donde se cambian las reglas de juego, pero se ponen límites para acotar la volatilidad y anclar expectativas.

La economía es la ciencia de las expectativas. Formás expectativas y en base a eso tomás decisiones. Se busca que el mercado incorpore el cambio de régimen. Que los argentinos nos acostumbremos a que un día el dólar sube, otro día baja. Un precio más. No pasa nada. Pero nuestra historia nos hace difícil acostumbrarnos a eso y ahí aparecen las bandas.

El propio gobierno dijo que en algún momento las bandas van a dejar de servir. Se van abriendo, la superior sube 1% y la inferior baja 1%. En un momento nos vamos a olvidar de las bandas. Van a estar tan lejos que no van a importar. Se van a poder eliminar sin costo. Todavía falta, pero creo que post elecciones, tal vez en 2026, podamos ver un sistema de flotación sin bandas. Es lo que han hecho Israel y Brasil: arrancás con bandas y después desaparecen.

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