Desprolijidades en la política económica

Por Fernando Nole Agencia Buenos Aires

“Salir de los desbarajustes que armó el gobierno K no iba a ser gratis”, afirma el economista, aunque tiene ciertos reparos en cuanto a las medidas oficiales.

En diálogo con “Río Negro”, el titular de la entidad Libertad y Progreso, Aldo Abram, enfatizó que este año no habrá crecimiento económico y pronosticó tanto para la economía nacional como para las regionales un primer semestre duro y una segunda parte del 2016 con signos de recuperación. Abram es master en Ciencias Económicas CEMA y licenciado en Economía, además es director ejecutivo del Ciima (Centro de Investigación de Instituciones y Mercados de la Argentina) perteneciente al Eseade.

–¿Cómo evalúa la gestión del actual gobierno?

–La salida del cepo cambiario fue exitosa, aunque tengo algunas dudas respecto a la política monetaria y cambiaria en estos dos meses de gestión. Era esperable una cierta volatilidad en el tipo de cambio y por otro lado la Argentina tiene estacionalidades muy marcadas de demanda de atesoramiento de divisas. Eso hace que se refleje escasez de la moneda a fin de año y abundancia entre el primer trimestre y el tercero de cada año. Si a eso se le agrega que los argentinos somos de por sí temerosos al peso y se asumió diciendo que se va a defender el valor del peso, resulta que en dos meses el valor del peso cayó más del 20%, es lógico que haya una baja de la demanda en pesos. Se nota que la gente está dejando de hacer plazos fijos en pesos por el miedo y ese tipo de volatilidad no es bueno.

–¿Cómo se ha manejado la inflación?

–El manejo inicial de la inflación fue bueno. Pero con la depreciación del peso los índices de inflación fueron más elevados de lo que se había estimado. Si se mantiene este nivel de depreciación de la moneda, el índice de costo de vida va a seguir por arriba de las expectativas inflacionarias.

–Se habla de gradualismo para no afectar la actividad…

–Era evidente que salir de los desbarajustes que armó el gobierno K no iba a ser gratis. Era muy improbable que no cayera el nivel de actividad o que se mantuviera. Yo considero que algo va a caer el nivel de actividad. Aquí lo importante es que el nivel de actividad encuentre un piso y empiece a recuperarse. Es muy probable que eso suceda en la medida que, a raíz del levantamiento del cepo, los sectores productores de bienes arranquen. Además, si se encamina el problema de los holdouts, ello debería permitir la llegada de inversiones y más crédito. Todo esto va a estabilizar la economía en el segundo semestre.

–¿Cómo ve el inicio de las paritarias y los cambios en el impuesto a las Ganancias?

–Respecto a Ganancias, en general todo el mundo lo criticó el cambio por escaso. Creo que pierden de vista que el déficit fiscal que heredó el actual gobierno es récord. Que por lo tanto no hay demasiados recursos para resignar y que por otro lado una reforma profunda de las escalas del impuesto a las Ganancias necesita de una ley, la cual se va a enviar al Congreso. Yo lo veo bien. Quizá se olvidaron de los monotributistas. También debería haber una reforma de bienes personales.

Con respecto a las paritarias, me parece que el riesgo no es inflación, porque los aumentos de sueldos no generan inflación. En todo caso lo que genera es una menor de rentabilidad empresaria. Hay sectores que podrán dar incrementos más elevados de salarios, porque ahora van a estar mejor, pero los sectores de servicios privados que estaban beneficados por la fiesta consumista del gobierno anterior van a tener que mirar muy bien los aumentos de salarios, porque si no lo que puede pasar es que quede un montón de gente en la calle. Digo rubro como gastronómicos, cines, peluquerías.

–¿No fue exagerado el nivel de incremento en las tarifas de la energía?

–Creo que la eliminación de subsidios debió haber sido más gradual, pero igualmente esto era necesario. Hay que terminar con esta fantochada de la gente que puede pagar y recibía tarifas irrisorias. Uno no puede pagar impuesto para que se subsidie a los ricos, en todo caso los impuestos se pagan para que el Estado atienda a aquellos que tienen una situación marginal o de pobreza. Lo malo es que se mantienen algunos privilegios, como por ejemplo el precio mínimo en dólares para el crudo. Si no existiera ese mínimo, los precios de los combustibles en el país hubieran bajado. Lo mismo va a suceder con el precio del gas. Ahora estamos empezando a pagar más de lo que corresponde en gas.

–¿Cómo cree que se ha negociado con los holdouts?

–Me parece que las negociaciones están bien encaminadas. Al mostrar buena voluntad se está logrando el respaldo del mediador oficial y estamos revirtiendo el lastre del maltrato que hizo Argentina en el pasado reciente. No es un dato menor, porque todos, tanto el mediador Daniel Pollack como el juez Thomas Griesa, quieren terminar con esta historia…

–¿Qué le permitirá al gobierno cerrar con los acreedores?

–Es algo notablemente positivo. El gobierno encaró en forma correcta la reducción del monumental déficit fiscal que heredó. Y esa reducción se está haciendo en forma gradual, sin utilizar como mecanismo el saqueo del Banco Central. La única forma de hacer esto es si se tiene acceso al crédito. Pero para hacer ese recorrido en forma gradual la reducción del déficit es imprescindible. Eso significará más inversión, más empleo, más crecimiento.