Alberto Benegas Lynch (h)
Doctor en Economia y Doctor en Ciencias de Dirección, miembro de las Academias Nacionales de Ciencias Económicas y de Ciencias.
INFOBAE – El primer muestreo efectivo del proceso electoral revela un resultado sumamente adverso para el gobierno. Falta la primera vuelta y eventualmente una segunda, pero el ejercicio ahora ocurrido en las urnas es lamentable para esta gestión.
No se trata de llorar sobre la leche derramada sino de hacer un examen de conciencia y tener el temple para corregir lo que debe corregirse. En lo personal estimo que si triunfaran los partidarios de la administración anterior en la contienda definitiva se produciría un punto de muy difícil retorno puesto que se ponen en juego los valores republicanos. Esta vez el “vamos por todo” se llevará hasta las últimas consecuencias.
El actual gobierno comenzó muy mal con el bailecito en la Casa Rosada con la banda presidencial, lo cual fue una muestra de banalización y frivolidad mayúscula. Luego el Ejecutivo incrementó la cantidad de ministerios y pretendió designar por decreto a dos miembros de la Corte Suprema de Justicia.
El balance de esta presidencia fue el incremento del gasto público en términos absolutos (y no menciono la ratio con el producto bruto puesto que el aumento en este guarismo no justifica una expansión del Leviatán), expandió el déficit total, intensificó la carga tributaria en el contexto de una maraña que no tiene punto de comparación en las naciones civilizadas,infló exponencialmente la deuda y mantiene una inflación mensual equivalente a la anual de otros países. Y todo esto con la responsabilidad principal del Ejecutivo.
No pretendo que se adopten todas las medidas que el liberalismo viene pregonando desde hace décadas, pero por lo menos hay que tomar algunos toros por las astas, de lo contrario el desastre es seguro puesto que la expansión en los índices de pobreza resultan alarmantes. No puede insistirse en el rumbo actual ni declamar frases vacías, es necesario percatarse que con este tamaño del aparato estatal la vida se hace inviable.
Es bueno y muy oportuno recordar pensamientos como los de Leandro Alem, quien afirmó en la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires: “gobernad lo menos posible, porque mientras menos gobierno extraño tenga el hombre, más avanza la libertad, más gobierno propio tiene y más fortalece su iniciativa y se desenvuelve su actividad”. Nos hemos acostumbrado a estar manejados por los burócratas de turno, en lugar de abrir de par en par las puertas para la energía creativa. El que produce es vigilado y perseguido con cargas fiscales inauditas.
El asunto no es ni siquiera recortar y podar gastos sino eliminar funciones incompatibles con el sistema republicano. Como hemos repetido tantas veces, igual que en la jardinería, podar hace que crezca con mayor vigor. Tomemos por lo menos algo de los consejos alberdianos que permitieron que nuestro país esté a la vanguardia de las naciones civilizadas antes del golpe fascista del 30 y mucho más agudo con el golpe militar del 43, a partir de lo cual hemos mantenido y acrecentado un estatismo galopante que es indispensable comenzar a revertir.
Confiamos en que esta administración será capaz de volver sobre su recorrido luego de la experiencia de las PASO y que no defraudará a quienes creemos en la República puesto que lo que se ubica enfrente no permitirá la libertad de prensa y se demolerá lo que queda de justicia independiente. Las buenas intenciones y la decencia no son suficientes, se necesitan urgentemente medidas de fondo para salir del marasmo en que estamos. Ya no cabe repetir lo de la herencia recibida, si nos descuidamos este gobierno dejará una herencia difícil de remontar.
En esta nota periodística quiero enfatizar la imperiosa necesidad de abrir debates con ideas de fondo, lo cual intento en la mayor parte de mis columnas semanales. Estamos demasiado enfrascados en análisis de coyuntura como perros que en círculo pretenden morderse la cola, sin ver que solo con evaluaciones de ideas y principios de fondo podremos contar con coyunturas razonables en el futuro. Desde luego que la coyuntura informa sobre lo sucedido pero si hay una dedicación total a estos sucesos nunca saldremos del berenjenal en que estamos. Lo mismo puede decirse de los procesos electorales, estamos demasiado pendientes de las urnas sin comprender que los resultados dependen exclusivamente de la batalla cultural. Por eso la razón asistía al marxista Antonio Gramsci cuando consignaba “tomen la cultura y la educación y el resto se da por añadidura”.
Entonces hago en estas líneas una doble invitación: primero a mis colegas de todas las profesiones que dediquen tiempo y esfuerzo a propuestas que vayan al fondo de los problemas que nos aquejan. Entre muchas otras cosas, es indispensable volver al sistema genuinamente federal donde las provincias coparticipen al gobierno central y no al revés para la financiación de la defensa, las relaciones exteriores y la justicia federal. Es imperioso revisar la política monetaria, fiscal, laboral, de comercio exterior y rehacer el pesado organigrama del Ejecutivo. En otras oportunidades nos hemos detenido a formular sugerencias para la limitación del poder político a los efectos de fortalecer el régimen democrático en línea con el respeto a los derechos de las personas lo cual constituye el aspecto medular del sistema. Todo esto y mucho más requiere debates abiertos.
Y segundo, al actual gobierno que adopte medidas que ataquen la raíz de nuestros males puesto que de otra manera lo bueno realizado quedará en simples anécdotas. Sugiero que con la calma, la serenidad y la decisión necesarias de inmediato se sustituya todo el gabinete y se comience con un discurso diametralmente opuesto al empleado hasta el presente. Nada se gana con vincularse al mundo si los locales arrastran un lastre imposible de sobrellevar para competir adecuadamente.
Estoy escribiendo en la noche del 11 de agosto, acaban de ocurrir las PASO por lo que termino diciendo que si bien esta administración es responsable de muchísimos errores como los referidos, no será responsable si hubieran sobresaltos en los mercados que eventualmente se deberán a los riesgos de una vuelta al bochorno y la corrupción colosal del gobierno anterior por más disimulos que se pretendan introducir en los discursos de la oposición de mayor peso.