El fin del aislamiento nos enfrenta con la necesidad de la reactivación económica en un contexto de múltiples contradicciones

Abogado. Asesor laboral de empresas y cámaras empresarias. Consejero Académico de Libertad y Progreso.

CRONISTA – Se perdieron un millón y medio de puestos de trabajo, la economía clandestina supera el 50%, y batimos todos los records de inflación, recesión (stanflation) con el costo laboral y los impuestos al trabajo más altos del planeta.

En ese contexto, donde se necesitan efectividades conducentes, donde debe haber gestión y eficiencia, vemos estupefactos los debates de la interna gubernamental y los del oficialismo y de la oposición, que están desangrando al país, enfermo en terapia intensiva, que necesita urgente de un cambio de diagnóstico y de un plan de rehabilitación y de recuperación en el cual nadie se está ocupando.

En este plano el relato se ha apoderado de los opinólogos militantes, en un contexto autodestructivo, mientras el país necesita decisiones concretas, hechos que modifiquen la realidad, políticas claras con reglas también claras, y un plan económico que permita a los que crean riqueza orientar las decisiones, en lugar de estar planificando cómo seguir con los negocios fuera de la Argentina.

Es cierto que algunas iniciativas siguen operando en el día a día, como los beneficios de la ATP con subsidios salariales y postergación o condonación de contribuciones patronales, los créditos a tasa reducida, y los acuerdos de suspensiones subsidiadas

En ese contexto, todos los mensajes son contradictorios.

Tenemos una Ley de Teletrabajo que desalienta la contratación a distancia, cuando en el resto del mundo es la fuente de empleo más dinámica y de con mejores resultados en el contexto de la pandemia, y en un esfuerzo terminal queremos tratar de enmendar con una reglamentación en la cornisa de la constitucionalidad.  

A su vez, un tribunal de trabajo que confundiendo el derecho aplicable impone el pago del 100% del salario a los trabajadores suspendidos por el art. 223 bis (LCT) que reciben ingresos sin trabajar, protegiendo un bien jurídicamente tutelado de mayor jerarquía como es la vigencia y continuidad del contrato de trabajo.

Un legislador que aumenta la prescripción laboral de 2 años a 3 años en casos de despido y a 5 años en los reclamos individuales y colectivos aumentando las expectativas de aventuras judiciales y de costos impredecibles, fomentando la industria del juicio.

La Corte Suprema, en contra de su propia jurisprudencia reciente, declaró constitucional la participación exclusiva del sindicato con personería en la negociación colectiva, e inhabilitó a un sindicato simplemente inscripto para participar en dicha negociación por la minoría.

Lo curioso, es que todas estas medidas se hacen en nombre de los derechos del trabajador, y todas y cada una de ellas obstaculizan o inhiben la creación de nuevas fuentes de trabajo, perjudican a quién ya está trabajando, aumentan el costo de los futuros empleos, y cierran la puerta de nuevos emprendimientos.

En la experiencia profesional de todos los días estamos dedicados a solucionar los problemas que tiene cada empresa, con los recursos disponibles, en un contexto de total incertidumbre y de total imprevisibilidad. Para eso, no podemos perder ni un solo instante en escuchar ni discutir los temas que todos los días se han apoderado del debate público, contaminando la realidad con tantas opiniones y matices que es difícil saber a qué atenerse.

Que se necesita HOY para enfrentar esta cruda realidad:

  1. Que se defina el paquete de apoyo y ayuda a las empresas para reactivar su industria a los nuevos escenarios que ofrece la realidad;
  2. Que se establezca claramente la política monetaria y la política cambiaria;
  3. Que se asuma con claridad una reforma previsional y fiscal que rebaje los impuestos al trabajo y las cargas sociales, que siguen siendo las más altas del mundo conocido;
  4. Que se favorezca con normas promocionales a todas las actividades con mano de obra intensiva;
  5. Que contemos con normas en materia de la industria del conocimiento que permita y promueva la creación de unicornios, y que permita concretar el potencial que tenemos en la realidad virtual y la inteligencia artificial;
  6. Que se vuelva a la cultura del trabajo, a la meritocracia donde se premia e incentiva a los mejores, y que el éxito sea festejado y premiado con el apoyo de toda la comunidad;
  7. Que los tres poderes del Estado operen dentro de lo que dispone nuestra Carta Magna, respetando y haciendo respetar nuestro sistema jurídico, en todos los planos de la vida institucional.
  8. Que se respeten el derecho de propiedad, el derecho a ejercer toda industria lícita, el derecho a trabajar, requisitos fundamentales que hacen a la dignidad del hombre, conforme lo manda nuestra Constitución Nacional.

Deberíamos repudiar las contradicciones, la mentira y la subordinación del hombre a la ideología, sobre todo cuando la misma conduce a conculcar los derechos fundamentales, y en particular el derecho al ejercicio pleno de la libertad.

En ese plano, a cada problema una solución, a cada síntoma un diagnóstico y un tratamiento, a una afirmación el resguardo de los hechos que lo avalan, el discurso no sirve para resolver la coyuntura, en un contexto donde no se sanciona a los que delinquen, se incrementa la inseguridad en todos los planos, y se trata de cooptar el poder constitucional con soluciones propias de una tiranía.

Si no encontramos la entrada a la vida constitucional por la puerta grande que nos ofrece, todos los demás caminos conducen al caos, al desorden y a la ley del más fuerte, en una sociedad que mayoritariamente quiere vivir en paz y prosperidad.