Diego Piccardo
Analista Económico en Libertad y Progreso.
BLOOMBERG – Por Belén Escobar — La Argentina comenzó a transitar el examen con el Fondo Monetario Internacional (FMI), tras renegociar la deuda récord que se tomó en 2018. En ese sendero, la aceleración de la inflación y la suba de los costos del gas natural que importa el país asoman como dos de los desafíos centrales para cumplir con las metas pautadas con el Fondo.
El proceso se lleva a cabo de manera virtual y pausada, según señalaron a Bloomberg Línea fuentes oficiales, que no precisaron cuándo finalizará la primera prueba de fuego para el país ante el organismo multilateral, y de la cual depende el segundo desembolso de fondos al país.
En las últimas horas, el FMI aseguró que el diálogo con Argentina en esta instancia expone “buenos progresos”, y ratificó que no habrá cambios en las metas dispuestas hasta el momento. Sin embargo, la mayoría de los economistas ve serias dificultades en que el país logre cumplir las tres principales metas para este 2022.
o Las tres metas a cumplir ante el FMI: Las metas principales a aprobar por parte de la Argentina, entre otros puntos, son las vinculadas con las reservas internacionales, déficit primario, y emisión monetaria, según puntualizó Matías De Luca, economista de la consultora LCG.
Argentina se comprometió a cumplir con esos objetivos de forma trimestral y de su cumplimiento depende que el FMI continúe con los desembolsos de fondos y, a su vez, evitar caer en default, explicó en diálogo con Bloomberg Línea.
1 Reservas internacionales del BCRA
Según De Luca, la meta de reservas “no viene muy bien”, aunque aclaró que “depende siempre de los desembolsos del Fondo”. Estimó que la meta se podría cumplir este año, pero que 2023 presentará “la parte más difícil’’.
“Lo difícil viene por el lado de las reservas. Al 16 de mayo, el acumulado de reservas netas contra el 31 de diciembre es US$ 2.780 millones, mientras que la meta es de US$ 4.100 millones para la segunda revisión. Es decir, restan acumular US$ 1.320 millones, pero el inconveniente es que los desembolsos netos durante el segundo trimestre son solo US$ 284 millones”, sostuvo.
Diego Piccardo, economista de la Fundación Libertad y Progreso, evaluó que “la meta de acumulación de reservas netas es poco probable que se cumpla, si en la época del año con mayor liquidación de divisas el Banco Central apenas pudo comprar algunos dólares”.
“Lo que juega a favor es que este año hay un superávit
de desembolsos del FMI y parte de esos desembolsos netos (unos US$ 4.400 millones) van a engrosar las reservas netas, haciendo más cumplible la meta”, analizó en declaraciones a este medio.
De Luca sostuvo respecto de la emisión monetaria que, entre finales de abril y lo que va de mayo, se emitieron $254 millones y unos $376 millones durante 2022.
A su vez, manifestó que “el límite acumulado para la segunda revisión es $438,5 millones. Es decir, por ahora vienen cumpliendo la meta de emisión”.
Según Piccardo, “la meta monetaria pone un techo de $438,5 mil millones para fines de junio”. “Actualmente, según las series oficiales, hasta el 12 de mayo, hay $288,5 mil millones en Adelantos Transitorios en lo que va del año, aunque parece que en los últimos días hubo $90 mil millones más, llegando a casi al límite del techo de este trimestre. Esto encendió las alarmas en el Ministerio que conduce Guzmán y puso toda la carne al asador en conseguir un roll over
de la deuda en pesos que compense el mayor déficit fiscal”, estimó.
“La única forma de que se cumpla esta meta en este trimestre es que las licitaciones de deuda sean muy exitosas. Sin embargo, la meta anual difícilmente se logre cumplir”, pronosticó.
Piccardo indicó que, para fines de junio, “el Tesoro debe tener un déficit acumulado de $566,8 mil millones”. “La meta de marzo se cumplió gracias a la contabilidad creativa de Guzmán para crear ingresos en donde no hubo, cosa que rara vez pueda seguir haciendo en las revisiones que siguen”, opinó.
El economista consideró que “lo más probable es que las metas se terminen recalibrando
”. “Recalibrar no significa que cambien las metas en porcentaje del PBI, sino que, dada la falla de los supuestos del acuerdo, como el de una inflación del 48% anual, las metas nominales quedan antiguas”, explicó.
“Igualmente, más allá del recalibramiento, la meta fiscal difícilmente se cumpla por los incrementos de gastos que estamos observando y la falta de avances contundentes en reducción de los subsidios económicos”, puntualizó.
¿Qué pasa si Argentina no cumple las metas?
“Si no cumple con alguno de esos puntos o bien se cae el acuerdo, algo que es difícil que suceda, o Argentina pide un waiver
sustentado en que viene demostrando voluntad de cumplir”, expresó De Luca.
Se reactiva la emisión monetaria en Argentina a semanas de la primera revisión del FMI
Al referirse a los principales objetivos a cumplir, Piccardo aseguró que la fiscal y la monetaria “naturalmente están interconectadas ya que, si no se cumple la meta fiscal, las necesidades de financiamiento monetaria crecen”.
“En caso de incumplimiento, no vemos al Fondo ponerse duro con Argentina. En ese sentido, el acuerdo es un puente a diciembre 2023. “Lo más probable es que concedan waivers a cada incumplimiento, sosteniendo un discurso de que las desviaciones son provocadas por shocks externos, como la guerra en Ucrania”, señaló.
Los desafíos, más allá de las metas
Federico Moll, director de la consultora Ecolatina, aseguró que el programa con el FMI “está centrado en corregir ciertos precios relativos que a lo largo de los últimos años han quedado rezagados”.
Tarifas es el primer punto. Si bien el acuerdo con el Fondo no lo resuelve, no hay una trayectoria definida para las tarifas y, por lo tanto, no es nada obvio como va a ser corregido el déficit fiscal en los próximos años”, puntualizó.
Además, Moll remarcó el “tipo de cambio” porque “el cepo existe por una razón”. “El tipo de cambio oficial no refleja el precio del mercado del dólar y, por lo tanto, en la medida que el cepo se quiera desarmar, lo cual es una condición necesaria para crecer, va a tener que haber un movimiento en el que, en el mejor de los casos, habrá un salto que deberá ser más chico”.
“No hay un levantamiento del cepo sin un salto cambiario detrás. Ahí está el principal desafío, que el acuerdo con el Fondo ordena o pausa, pero no resuelve en lo más mínimo”, advirtió.