Malo para Alberto Fernández: los pesos queman, nadie los quiere

Jefe de economía de Libertad y Progreso

Jefe de economía de Libertad y Progreso. Profesor Economía Internacional en Universidad del CEMA, Profesor ayudante de Análisis Económico y Financiero en la Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires,Asesor en la Secretaria de Comercio Exterior la Nación yAsesor Secretaria de Comercio de la Nación.

Mg. en Economía y Lic. en Economía Universidad del CEMA

U 24 Al margen de los datos de inflación que Urgente24 publicó por separado vale considerar un informe la Fundación Libertad y Progreso que refleja otro segmento de la realidad económica no siempre percibido por el común de los mortales y es la dinámica con que circuló el dinero en la administración de Alberto Fernández.

El trabajo de los analistas, sobre datos oficiales, demuestra que la velocidad de rotación de la Base Monetaria y del M1 están en los mayores niveles de toda la Administración Fernández, lo cual se refleja en la pérdida acelerada del valor real del peso.

El vector de movimiento se aceleró en el 2022 hasta llegar a 5,8 días en octubre, equivalente a 7,1 días menos que en el segundo trimestre de 2020, cuando era de 12,9. Eso implica que la velocidad de circulación de la BM se aceleró 55% en 28 meses, reflejando la mayor caída en la demanda de dinero desde las PASO de 2019.

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El índice de velocidad de circulación, calculado a partir de la cantidad de dinero, es la inversa de la demanda de la moneda. Este índice, que depende de los billetes disponibles, el ingreso de los argentinos y los movimientos en el nivel de precios. Sumados reflejan cuál es el deseo de los argentinos por demandar dinero nacional. A mayor velocidad de circulación, menor demanda de dinero, y viceversa.

Los especialistas señalan que, de hecho la velocidad de circulación del dinero sube porque los tenedores de billetes se desprenden de ellos más rápido disconformes por el poder de compra.

“Al igual que los excesos de emisión de moneda, la caída de su demanda, también, genera una baja del valor de la moneda. Por eso, quien venda algo exigirá que le entreguen más pesos, cuando más baje su poder adquisitivo; lo que llamamos inflación”, explican en la Fundación.

El gráfico muestra la velocidad conque se movió el dinero

El gráfico muestra la velocidad conque se movió el dinero

Segunda semana de noviembre

A todo esto la medición del IPC de Libertad y Progreso para la segunda semana de noviembre mostró un crecimiento acumulado en el mes de 4,9%, lo que es 0,7 puntos porcentuales menos en comparación con la misma medición de octubre. 

Esto se explica más que nada por la desaceleración en las subas del rubro de Alimentos y Bebidas No Alcohólicas, mientras que los mayores aumentos están en los rubros de “Vivienda, agua y electricidad” (16,4%), “Bebidas alcohólicas y tabaco (8,5%), “Bienes y servicios varios (8,2%) y “Educación” (6,5%). 

Por lo tanto, se podría proyectar una variación del IPC del mes de noviembre de algo más del 6%. 

Eugenio Marí, Economista Jefe de la Fundación Libertad y Progreso dice “como bien mencionó el Viceministro de Economía, los desequilibrios macroeconómicos argentinos hacen que el país coquetee con la hiperinflación. Para evitar este desenlace y que Argentina empiece a crecer es necesario una combinación de medidas fiscales, monetarias y productivas que simultáneamente devuelvan la sostenibilidad fiscal, bajen la inflación y devuelvan los incentivos a la inversión y la producción en el sector privado”

Por su parte Aldo Abram, director de la Fundación, remata al señalar que “la aceleración de la inflación, que pasó a 7%, o más, mensual se debió, a los excesos de emisión. Pasamos de un desplome de la demanda de pesos a una moderación por la menor incertidumbre que trajo el ingreso al gobierno del ministro Massa y como resultado a algunas medidas que tomó.