La batalla por Occidente
CLARÍN La civilización occidental, definida por un conjunto de valores y principios fundamentales, se encuentra en una contienda existencial contra fuerzas autocráticas que desafían su primacía y legitimidad. La vigencia de esta batalla es crucial para el futuro del orden global y su definición o redefinición. Ese orden global, futo de la post guerra fría, se basaba en cinco pilares:
●Estado de Derecho (Rule of Law): no implica solo la primacía de la ley, sino que nadie, ni siquiera el gobierno, está por encima de ellas. Es la base de la seguridad jurídica y la previsibilidad.
●Igualdad ante la ley: Todos los ciudadanos, independientemente de su origen, riqueza o estatus, tienen los mismos derechos y obligaciones. La ley, para todos por igual.
●Protección de derechos y libertades: las libertades individuales, como la libertad de expresión, de prensa, de asociación, por ejemplo, son la base de la prosperidad y de la convivencia pacífica.
●Democracia y separación de poderes: la división entre el poder legislativo, ejecutivo y judicial evita la concentración de poder y el abuso. Es un mecanismo de control y su equilibrio es esencial.
● Economía de mercado: la libertad económica y la propiedad privada están intrínsecamente ligadas a las libertades individuales.
Hoy estos pilares se encuentran desafiados tanto por Rusia como por China y otros aliados de ellos, que tienen un factor en común, representan el desafío de las autocracias. Las autocracias operan bajo principios fundamentalmente opuestos. No se trata de demonizar a las culturas, sino de analizar las formas de gobierno y la relación que suponen entre estado e individuo. Entonces, ¿Qué caracteriza a las autocracias?
●Concentración del poder: en lugar de la separación de poderes, las autocracias consolidan el control en manos de una élite o de un solo líder.
Instrumentalización de la ley: la ley no protege a los ciudadanos, sino que es una herramienta del poder para silenciar la disidencia y legitimar la opresión o la persecución lisa y llana.
●Control de la información: la censura, la propaganda y la desinformación son tácticas clave para mantener el control social y moldear la percepción pública, a diferencia de la prensa libre occidental.
●Desprecio por los derechos individuales: La prioridad no es el ciudadano, sino el Estado o el colectivo. Los derechos son concesiones del poder, no prerrogativas inherentes.
Esta batalla no es geopolítica ni económica, se trata de la defensa de la dignidad humana y los principios que han permitido la prosperidad y la libertad. Se trata de vivir en sociedades abiertas y pacíficas o vivir bajo el yugo y el capricho del autócrata de turno.
La supervivencia de la civilización occidental requiere un compromiso constante con los valores que la definen, una defensa activa de las instituciones democráticas y un rechazo firme a la complacencia. La batalla por Occidente es, en última instancia, una batalla por el tipo de mundo en el que queremos vivir.

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