Argentina debe encarar reformas estructurales para recuperar perspectiva positiva

Economista, colaborador de Libertad y Progreso

Lic. en Administración de Empresas. Magister en Economía Aplicada de la UCA. Doctorando en Economía en la UCA.

BUENOS AIRES, 13 abr (Xinhua) — Reformas estructurales de fondo, entre ellas disminuir el gasto público, recuperar la competitividad y bajar la presión tributaria, son ejes fundamentales para que la perspectiva de la economía argentina vuelva a ser positiva, consideró hoy el economista Iván Cachanosky.

El experto, economista en Jefe de la Fundación Libertad y Progreso, dialogó con Xinhua en pleno año electoral y luego de conocerse que el Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo en su reciente informe “Perspectivas de la Economía Mundial (PEM)” que la economía de Argentina se contraerá en el primer semestre de 2019 a medida que la demanda interna se desacelera con políticas más estrictas para reducir los desequilibrios.

“La perspectiva no es la mejor. No se han atacado los problemas estructurales de fondo, como disminuir el gasto público, recuperar la competitividad, bajar la presión tributaria, resolver el problema de los litigios laborales, entre otros”, dijo el analista, magíster en Economía Aplicada de la Universidad Católica Argentina (UCA).

Actualmente, la inflación en Argentina acumula 6,8 por ciento en el primer bimestre del año, y el FMI estimó que la suba de precios podría escalar el 30,5 por ciento a finales de 2019. Además, el organismo con sede en Washington previó que el desempleo aumentará a un 9,9 por ciento, mientras que el Producto Interno Bruto (PIB) caerá un 1,2 por ciento este año.

“Daría la impresión de que el FMI por un lado va siendo más realista respecto a algunas características de un país como Argentina. Por ejemplo, que este año dificilmente Argentina pueda crecer. Es de esperar una caída en el nivel de actividad este año o un crecimiento exiguo. La recuperación vendría empujada por el sector agropecuario, que si bien es un motor importante del país, no es acompañado por la mayoría del resto de los sectores, que todavía no están experimentando una recuperación”, observó Cachanosky.

El economista remarcó que la recuperación de la economía argentina sería lenta y que puede llegar a presentar una breve pendiente positiva con el correr del año. También estimó que la inflación pueda llegar a rozar el 35 por ciento este año y el desempleo, un 9,9 por ciento, aunque lo considera una cifra irreal “ya que la situación laboral de Argentina es mucho más delicada”.

Al explayarse sobre la situación económica del país sudamericano, Cachanosky planteó que Argentina es un país que se encuentra en terapia intensiva porque, si bien se puede alcanzar un déficit primario de cero por ciento, lo hace a través del incremento de impuestos en lugar de reducir el gasto.

“El ajuste para llegar al déficit primario cero recaerá en un 80 por ciento en el sector privado y sólo un 20 por ciento en el sector público. Mientras tanto, la situación económica del país continúa con desequilibrios macroeconómicos. Principalmente, un Estado sobredimensionado, donde 8 millones de personas que trabajan en el sector privado sostienen a 20 millones que reciben un cheque del Estado. El gasto público continúa elevado, la inflación no cede y el nivel de deuda y pobreza se ha incrementado”, advirtió.

En ese contexto, al abordar la situación económica con que se encontrará quien asuma la presidencia el 10 de diciembre próximo, el entrevistado afirmó que será “una economía que tendrá el desafío de ver cómo cubrir los gastos del año 2020, ya que el nivel de egresos no ha bajado”.

“El próximo presidente se encontrará con un nivel de deuda en torno al 95 por ciento del PIB y, si no hay una crisis cambiaria, con una inflación en torno al 35 por ciento anual. Este año, el FMI ha permitido que el Tesoro venda 9.600 millones de dólares para financiar gasto de 2019 y, de paso, dar una mano en el mercado cambiario. Esto es una buena noticia para el dólar de 2019, pero una mala noticia para el riesgo país de 2020”, afirmó.

Cachanosky se refirió también al riesgo país, indicador del banco J.P. Morgan que refleja el diferencial entre los rendimientos de los títulos soberanos argentinos respecto a los estadounidenses, y lo vinculó con el acuerdo del gobierno del presidente Mauricio Macri con el FMI según el cual el organismo multilateral accedió a otorgar una línea de financiamiento por un total de 56.300 millones de dólares en diversos desembolsos.

“El plan con el FMI será exitoso sólo si el riesgo país vuelve a bajar en torno a los 500 puntos básicos, y hoy supera los 800 puntos básicos. Pero el riesgo país no cede. ¿Por qué? Porque el mercado está viendo que, no importa quién gane las elecciones de octubre, sea Macri, la ex jefa de Estado Cristina Fernández (2007-2015) o el economista Roberto Lavagna, ninguno de ellos encararía las reformas estructurales de fondo”, aseguró el experto.

“Por eso el riesgo país se mantiene alto. Es sumamente importante que quien sea el próximo presidente se atreva a encarar las reformas estructurales, fiscal y laboral principalmente, para cambiar en serio”, concluyó Cachanosky.