En la Argentina existen 55 empleados públicos por cada 100 privados

LA MAÑANA – Medios nacionales detallaron que de acuerdo a un informe elaborado por el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), de 42 trabajadores públicos por cada 100 asalariados privados en 2012, se pasó a 55 en la actualidad. En este sentido, el relevamiento señala que desde el año 2013 hasta 2017 se observó una variación interanual positiva del empleo público, mayor a la variación total de empleo en el país.

De acuerdo a datos suministrados por el Ministerio de Trabajo de la Nación, en Argentina revistan como monotributistas 1,5 millones de personas, a los que se suman unos 360.000 “monotributistas sociales”. Sin embargo, con la crisis de 2018 y para el año 2019, el empleo público retomó una tendencia alcista y volvió a mostrar un crecimiento sostenido, sumado a que las demás categorías por fuera del sector público destruían puestos de trabajo.

Cabe aclarar que si bien el crecimiento del empleo público disminuye a partir de 2016, nunca dejó de crecer salvo un corto lapso en el año 2018. Así, se pasó de contabilizar 2.712.800 empleos públicos en el año 2012 a alcanzar los 3.213.000 en el año 2020, equivalente a un crecimiento del 26% de la planta en el lapso de los últimos ocho años y a 665.000 nuevos empleos en la esfera estatal.

Asimismo, el estudio realizado por el IARAF muestra que en ese lapso de tiempo, los asalariados públicos aumentaron su importancia relativa en el empleo registrado total, pasando de un 23,4% en 2012 a representar un 27,3% en abril de 2020. Al mismo tiempo, en 2012 los trabajadores privados registrados contabilizaron 6.068.500 trabajadores y fueron equivalentes al 55,7% del empleo registrado total del país.

Tras ser consultado acerca de este tema, el economista Aldo Abram, director ejecutivo de la Fundación “Libertad y Progreso”, afirmó a La Mañana que en términos generales, el empleo en el sector privado no aumenta, y sí lo hace en el sector público; y evaluó que por este motivo, los niveles de desempleo no aumentaron de un modo aún mayor al que se observa en la actualidad (el dato más reciente publicado por el Instituto Nacional de Estadística y Censos ubica al desempleo en un 10,4% en el primer trimestre de 2020).

No obstante, el profesional cuestionó que durante los últimos años, el Estado haya incrementado el empleo público en vez de haber fomentado la creación de puestos laborales formales en el sector privado productivo.

“Los distintos niveles de Estado, sean nacional, provincial y municipal, cobran altas cargas impositivas al sector privado productivo. Por otro lado, se ‘asfixia’ al sector privado con numerosas regulaciones. Se perjudica principalmente a los emprendedores, a las pequeñas y medianas empresas, que a diferencia de las grandes compañías, no tienen dinero para afrontar gastos tan elevados”, explicó Abram a este diario.

“Los dueños de PyMEs son los más perjudicados por esta situación, que es el origen del alto nivel de informalidad que existe en la Argentina, con un alto nivel de evasión. Somos uno de los pocos países del mundo en los cuales si una pequeña o mediana empresa decidiera cumplir con todos los impuestos, perdería plata. El Estado argentino cobra más impuestos que en otros países, y los servicios públicos que brinda son de menor calidad que en otras naciones”, aseveró.

Reducir erogaciones

Por lo expuesto, Abram solicitó al Gobierno nacional implementar un plan que facilite reducir aquellas erogaciones del Estado que “no sean útiles a la sociedad”, como gastos políticos o vinculados con empleo improductivo, a través de una reforma que permita bajar impuestos y fomentar la creación de empleo productivo y de calidad en el sector privado.

“En el contexto actual, el Estado ‘generoso’ otorga trabajo, generando empleo improductivo, y brinda subsidios. Para sostener esto, el sector público necesita más dinero. Por ello, debe aplicar más impuestos, lo cual deriva en menor creación de empleo en el sector privado productivo. Estamos en un ‘círculo vicioso’”, advirtió.

“Un día, esto va a generar un empobrecimiento continuo de la sociedad, porque habrá más empleo improductivo que aquel que genera diferentes bienes y servicios útiles para la comunidad. No somos una Nación en desarrollo, sino un país en empobrecimiento”, manifestó el especialista.