EL ECONOMISTA – El peso argentino cerró en baja, en línea con la tendencia de las monedas regionales lideradas por el real brasileño, ante la fortaleza del dólar por preocupaciones a nivel global dada una intensificación de la disputa comercial entre Estados Unidos y China.
El derrape del real en Brasil y el panorama internacional algo más inestable se alinearon con factores locales para justificar el nuevo avance del tipo de cambio mayorista”, dijo Gustavo Quintana, operador de PR Corredores de Cambio.
A la reciente devaluación del real se le suman cuestiones judiciales en Argentina por casos de corrupción que involucran a políticos y empresarios, dijeron operadores.
El peso mayorista se depreció un 0,75 por ciento, a 30,44/30,48 por dólar, tras marcar un valor piso intradiario de 30,50 unidades, nivel récord similar al anotado la semana pasada.
“Después del mediodía, las monedas emergentes continuaron perdiendo terreno contra el dólar y el banco central (argentino)dejó de vender (dólares) futuros para que el peso acompañe el movimiento y no se atrase”, dijo Fernando Izzo, analista de ABC Mercado de Cambios.
La moneda local en la plaza marginal cayó un 0,81 por ciento, a un valor mínimo histórico de 30,95/31,00 por dólar, con compras en un contexto de reducidos negocios.
“La confianza no se recupera sin estabilidad monetaria. Si la gente no confía en la moneda, no consume tanto, no pone sus ahorros en el banco, no invierte. La gente confía cuando hay estabilidad en la moneda. No es condición suficiente pero sí necesaria”, dijo el economista Aldo Abram.
